La música siempre ha sido mi refugio, mi fuerza y mi forma de sanar.
Desde muy joven supe que mi voz tenía algo que decirle al mundo, incluso cuando el camino fue difícil y parecía que todo se derrumbaba. Aun con el corazón roto, nunca dejé de cantar, porque cantar era la única forma de no rendirme.
Volver a grabar, después de tanto dolor, fue como abrir el corazón otra vez.
Esta canción no es sólo una melodía, es un pedazo de mi alma.
Cada nota lleva una historia, cada palabra una cicatriz que hoy ya no duele, porque fue transformada en arte.
Este playlist no solo reúne parte de mi historia, también incluye canciones de otra gran compositora Tania Madrigal a quien admiro y apoyo. Porque en la música no hay competencia, hay compañerismo. Juntas, nuestras voces se suman para sanar, inspirar y llegar más lejos
Gracias por estar aquí. Cada canción es una parte de mi alma, y saber que la escuchas le da sentido a todo.
Gracias por escucharme, por leerme, y por ser parte de esta historia que aún sigue escribiéndose con música, amor y verdad